Cuando estamos desarrollando y diseñando un chatbot, una de las cuestiones que surge es el nombre que tendrá el asistente conversacional. Es un punto de inflexión en el desarrollo del bot y en la definición de lo que será la experiencia conversacional. Pero, ¿cómo elegir el nombre de tu chatbot? Esta es la cuestión que vamos a analizar en las próximas líneas y que esperamos que sea de tu ayuda.

Cuestiones generales

La primera cuestión que tenemos que resolver es, ¿queremos que nuestro chatbot tenga un nombre? Frente a esta cuestión desde Planeta Chatbot tenemos una opinión muy clara: Sí.

Cuando hablamos de un asistente conversacional, estamos hablando de un sistema que va a mantener una conversación con tu audiencia, es decir, que va a hablar en nombre de tu empresa. No importa si esa conversación va a ser con un stakeholder interno o externo, lo que importa es que va a haber una interacción, el bot será un punto de encuentro con esa persona. Ahora que hemos dejado claro este punto, y basándonos en las relaciones sociales de los humanos, te lanzamos una pregunta, ¿qué es lo primero que haces cuando conoces a alguien nuevo? Sí, lo has adivinado, decir tu nombre y preguntar el suyo. Partiendo de esa base, ¿cómo va nuestro chatbot a presentarse a nuestras audiencias sin ni siquiera indicar como se llama? Sin duda, sería algo que se saldría de nuestros protocolos sociales.

En resumen, conocer el nombre del ente con el que interactuamos da “vida”, “sentido”, “alma” o como quieras llamarlo a la interacción que estamos manteniendo. Que nuestro chatbot tenga uno, le dota de un sentido y una forma que ayudará al usuario a experimentar (de primeras) un sentimiento (inconsciente) de cercanía/empatía hacía el sistema.

Aún así, es preciso destacar que algunas marcas como Mango o Adicae han preferido lanzar los proyectos sin indicar un nombre concreto, simplemente mencionando que es “tu asistente virtual especializado en…”.

Pero bueno, ahora que parece que hemos dejado claro el porqué es necesario bautizar a nuestro asistente conversacional, la siguiente pregunta a resolver es, ¿cómo elegimos el nombre del chatbot? Bueno, para ello, tenemos diferentes opciones:

• Nombres femeninos.
• Nombres masculinos.
• Nombres neutros.

Analicemos y veamos ejemplos de cada una de las posibilidades:

Nombres femeninos

Existen una gran variedad de chatbots que han sido bautizados con nombres femeninos. A continuación te destacamos algunos de ellos:

• Gala, el chatbot de Banco Galicia.
• Bianka, el chatbot de Bankia.
• Amaia, el chatbot de RSI.
• Cerecina, el chatbot de Valle del Jerte.
• Laura, el chatbot de Travel Club.

Como todos sabemos, los nombres femeninos no solo se encuentran en asistentes conversacionales de empresas, también están presentes en la mayoría de los asistentes virtuales que usamos a diario a través de nuestros smartphones o altavoces inteligentes. Sí, nos referimos a Alexa de Amazon, a Siri de Apple o a Aura de Telefónica.

Nombres masculinos

Frente a los nombres femeninos nos encontramos aquellos bots que han sido bautizados con nombres claramente masculinos. Algunos de ellos son:

• Telmo, el chatbot de Metro Sevilla.
• Arturito, el chatbot de BCP Perú.
• Rob, el chatbot para empleados de Pernod Ricard.
• Happy Man, el chatbot para periodistas de Cantabria Labs.
• Tobi, el chatbot de Rimac Seguros.

Nombres neutros

Pero ojo, no todo son nombres de persona o que son claramente identificables como masculinos o femeninos. Dentro de este grupo encontramos casos como el de Simpaty, el chatbot lanzado por la empresa chilena-americana SimpleTV con el fin de mejorar el servicio y dar una respuesta más rápida a los suscriptores. Unido a este caso, también nos encontramos a Eme, el bot de Mutua Madrileña, Boti, el chatbot de Gobierno de Ciudad de Buenos Aires, o a Blue, de BBVA. Para diseñar este tipo de nombres, quizá se necesita una dosis mayor de creatividad y trabajar en un storytelling que sustente la elección.