Las nuevas tecnologías cada día están más presentes en nuestras vidas, pero no os estoy contando nada nuevo. Ahora mismo, es raro encontrar a alguien que no utilice algún asistente o smart speaker, ya sea desde un altavoz o su móvil. Desde luego, los altavoces inteligentes han encontrado un gran filón en los salones de miles de hogares, y es que las posibilidades son infinitas. No hace mucho me puse a pensar, ¿y si lo usáramos para otra cosa que no fuera ni escuchar música ni para resolver dudas? Soy una persona de mente fantástica y como tal, me encanta leer, y no solo noticias, sino libros. No sería la primera vez que tengo que dejar un buen libro en la mejor parte porque tengo que hacer cosas en la casa, como limpiar, cocinar, hacer deporte etc, pero…¿y si no tuviera que dejar de leer?¿Y si pudiera gozar de mi “lectura” desde un smart speaker? Ya sea desde Amazon Alexa o Google Assistant o cualquier otro. En resumidas cuentas: audiolibros en los smart speakers.
Estos nuevos tiempos están marcados por la voz, no es ningún secreto que el uso de dispositivos que transmiten a través del sonido se ha disparado y con ello, el resurgimiento de los denominados audiolibros. No es raro encontrarse con alguna persona que lleva cascos y escuchar una buena novela a través de ellos, así que, ¿por qué no hacerlo entre las paredes de nuestro hogar?
Para mi, poder hacer mis tareas cotidianas mientras disfruto de la novela que me tiene desvelada hasta altas horas de la noche parece un sueño (nunca mejor dicho) y encima, podríamos añadirles las ventajas del sonido: los propios sonidos. Podríamos poner voz a nuestros personajes, escuchar el viento a través de los árboles, los cañones en la lejanía, el sonido del agua bajo nuestros pies…¿Te lo puedes imaginar? El mundo que encierran las páginas se volvería más real que nunca.
Estas tecnologías abren un mundo de posibilidades que pueden traernos nuestro hobby un poco más cerca, ya no tendrías que poner cualquier objeto que pilles para marcar la página por la que vas mientras haces cualquier tarea, ni te quedarías con la intriga de qué será lo que pasará a continuación hasta el próximo rato de lectura que tengas.
Obviamente, esto no eliminaría la actividad de leer como tal, sino que sería un complemento. Un buen libro tiene que gozarse leyendo, pero no tiene por qué ser así todo el tiempo, la vista se cansa, el oído no. Sería una nueva actividad que combinaría ambas acciones. La hibridación no es mala, solo diferente.
Ocurrió lo mismo con el surgimiento de los libros electrónicos o ebooks, invento que creó cierto miedo por la desaparición del libro en físico. Pero los datos hablan por sí solos, uno no ha devorado al otro, sino que lo ha complementado (y es que no es lo mismo llevar en el metro Los Pilares de la Tierra en físico que en un ebook, la espalda, a la larga, lo agradece).
Con la voz pasaría exactamente lo mismo. Cuando no se pudiera leer plácidamente, sería el turno de nuestro smart speaker, que haría que nuestras tareas fueran mucho menos pesadas y lo que llegara a nuestros odios, mucho más interesante.
El mundo literario siempre nos acompañaría y no solo por los ojos y la imaginación. El sonido sería un nuevo aliado de la lectura, ¡quién lo diría!