BK Yoon, el CEO de Samsung que se rebeló, aunque sea brevemente, durante su presentación en el CES Internacional 2015, la feria tecnológica más grande en Las Vegas dijo: “No podemos simplemente hablar de Internet de las Cosas, porque es tan impersonal, como una historia de robots compartiendo el tiempo en la cama”.
Para encontrar verdadero significado, debemos mirar más allá de la fase actual y novedosa para dispositivos conectados a la experiencia transformadora del futuro cercano, lo que los pioneros llaman la Inteligencia de las Cosas.
En esta nueva era, los dispositivos inteligentes conectados no solo entregan datos a sus usuarios humanos, quienes luego deben involucrar más software o análisis para tomar decisiones. Las cosas inteligentes dirigen la acción o interacción humana. Mike Dennison, presidente de Consumer Technologies Group la compañía de diseño, ingeniería y fabricación Flex, cree que esta era refleja una relación más íntima que la cornucopia salvaje de Internet: “Mucha gente está conectada a cosas, cosas que están conectadas a la nube, Internet de las cosas, si se quiere. Pero no están agregando ningún valor a esa conexión. La inteligencia de las cosas va un paso más allá y realmente se convierte en la forma en que interactúas, en los cambios que haces como persona porque es inteligente. Le está dando retroalimentación real, información real sobre lo que debería estar haciendo o no haciendo”. La promesa de esta era inteligente, está impulsando importantes inversiones en el mercado de la tecnología. Este momento importante en la innovación es un hito en una línea de tiempo que comenzó hace casi un siglo.
En la película de la Segunda Guerra Mundial, The Imitation Game, el héroe Alan Turing, hace una pregunta relevante: “Enigma es una máquina muy bien diseñada; nuestro problema es que estamos tratando de superarlo con hombres. ¿Qué pasa si solo una máquina puede derrotar a otra máquina?”
Y sí; la idea de construir una máquina para leer otra máquina parecía una locura. En aquel tiempo, una nube era una nube, una masa oscura en el horizonte que amenazaba con inundar todo a su paso; no un anfitrión con un apetito voraz por una multiplicidad de señales de cosas llamadas teléfonos inteligentes, o legiones de hackers ladrones y otros asquerosos intrusos en la privacidad.
El progreso de Turing visto desde una computadora del tamaño de habitación hasta la computadora personal y luego el teléfono inteligente, es uno de esos descubrimientos e invenciones sucesivas de muchos, traducidos en períodos de innovación por unos pocos. Entonces; para comprender la delineación de la invención y la innovación, Peggy Smedley, una comentarista del mundo conectado, insiste: “Tenemos que mirar atrás, antes de poder mirar hacia adelante”.
Gracias a la colaboración del gobierno, de varias universidades y de algunas personas con visión de futuro, tuvimos en los albores de los 90’s la Internet como una red descentralizada con una serie de protocolos para permitir que las computadoras se comuniquen entre sí, con direcciones únicas para cada sitio web. La Inteligencia de las Cosas es hoy en día un árbol navideño cultivado a partir de una semilla fertilizada por el genio, adornado ahora con coloridas luces, regalos y novedades.
Steve Jobs tomó malas decisiones muy por encima de los grandes. Él miró hacia adelante y hacia atrás. No estaba equipado para hacer una contribución innovadora en el sentido de los circuitos y el voltaje, pero tenía la visión de un vidente para armar los inventos de otros y hacer eso con un gusto sublime. Su axioma podría ser el lema de la Inteligencia de las Cosas: “La gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñe”. La contribución única de Jobs puede ser su aplicación del diseño y el pensamiento humanista a la tecnología. La belleza y la utilidad intuitiva de los productos de Apple parece emblemática de la Inteligencia de las Cosas.
Para cumplir plenamente la promesa de la era de la inteligencia, hay cosas por hacer de forma cooperativa en la industria, incluidas las normas de privacidad, seguridad e interoperabilidad. Sin una plataforma común, ya que Internet funciona, no se realizará todo el potencial del IoT. Y bueno, además parece que ni Apple con iOS, ni Google con Android tienen prisa por derribar los muros entre sus tiendas de aplicaciones. Sería bueno integrar nuestras aplicaciones para que podamos usar solo una para abrir la puerta del garaje, activar la cámara de seguridad, controlar el sueño y bajar el aire.
El escritor del New York Times Henry Alford comenzó 2015 confesando: “Tengo miedo de la Máquina”. Preguntó con exasperación: “¿Para qué no hay una aplicación?”. Pero al ser un tipo concienzudo, lo persuadieron para que firmara una prueba que consistía en vivir 3 semanas de su teléfono inteligente. Habrá pronto millones más como Henry Alford que dependerán voluntariamente de su teléfono.
Sin duda, comenzaremos a ver como el Internet de las cosas inteligentes llevara la inteligencia artificial a las cosas y las redes de comunicación.
Discutimos la importancia de los enfoques de Inteligencia Artificial para habilitar tales Redes de Comunicación Inteligente dado que hoy en día, las redes de sensores se están convirtiendo en realidad para múltiples aplicaciones de alto impacto en las actividades humanas. También están apareciendo dispositivos y sensores inteligentes, además de electrodomésticos y utilidades electrónicas, como dispositivos para teléfonos móviles o tabletas. Y algunos de estos dispositivos tienen la capacidad de actuar en el mundo. He hablado de estos en artículos sobre Edge Computing, sobre Fog Computing y sobre el uso intensivo de dispositivos móviles.
Este articulo nos introduce en el estudio de los enfoques actuales para Internet de todas estas cosas inteligentes conectadas y comunicadas, toda vez que aborda las técnicas de inteligencia artificial empleadas para crear dicha inteligencia y las soluciones de red para explotar los beneficios que brinda esta capacidad.